El verano da sus últimos coletazos, aunque aún nos faltan unos cuantos días de temperaturas elevadas. Hoy os contamos como afecta el calor a nuestra piel.
En esta época del año, las cremas hidratantes, el agua, ropa transpirable, gorras, sombreros… etc., son nuestros mejores aliados para combatir el calor y sus efectos sobre el organismo.
A lo que vamos ¿Cómo afecta el calor a la piel? En primer lugar resaltar que una consecuencia directa de la subida de temperaturas es la deshidratación de la piel.
La pérdida de agua provoca que esté más tirante y es más fácil que se irrite, debido a que la sudoración puede ser mayor. Es la única forma que tiene nuestro cuerpo de combatir el calor.
Esto sucede especialmente en las pieles más grasas, por lo que hay que hacer hincapié en lavar la piel después de sudar o los efectos pueden ser devastadores para ella.
Además la sudoración aumenta la aparición de granos, algo que combinado con los maquillajes y las cremas solares puede hacer que surjan espinillas e incluso brotes de acné y eczema.
Durante el verano es frecuente el uso del aire acondicionado y los ventiladores, ya sea en los lugares de trabajo o en los domicilios. Es otro factor que le resta humedad a nuestra piel y la reseca.
Protégete del sol
Siempre debemos mantener una correcta hidratación, pero con la llegada de la época estival la ingesta de agua debe crecer para evitar en todo momento la deshidratación.
Siguiendo con lo anterior, nunca debéis olvidar la crema para proteger las zonas más expuestas de la piel a la radiación solar.
La alimentación también es muy importante, ya que, las altas temperaturas pueden provocar flacidez y envejecimiento prematuro de la piel.
Para evitarlo tenemos que ingerir alimentos ricos que aumenten la producción de colágeno y elastina (frutas, verduras, té, pescado, frutos secos…).
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